El Solsticio de Invierno, marca el momento en el que el tiempo se detiene; el presente se manifiesta en un instante de eternidad, absorbiendo el pasado que ya no existe y el futuro que todavía no existe, salvo como posibilidad.
Es un tiempo de silencio, recogimiento interior y meditación. La semilla se pudre en el interior de la tierra esperando pacientemente a que llegue el tiempo apropiado para crecer manifestarse.