Solsticio se deriva del latín sol,
‘Sol’, y sístere, ‘permanecer quieto, son los instantes en que la
posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor o menor distancia angular
negativa o positiva del ecuador celeste. El concepto astronómico se refiere a
la época en que el Sol se encuentra en
una de los trópicos. La correspondencia con el calendario, el solsticio de
invierno tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre todos los años, en el
caso del hemisferio norte, y entre el 20 y el 23 de junio en el hemisferio
sur.
El solsticio de invierno se da el día más corto y la noche más larga
del año en el hemisferio austral.
En la cultura Aimara se celebra
el 21 de junio de cada año en la ciudadela preincaica de Tiahuanaco el
"WillkaKuti", o "retorno del sol". Esta fecha corresponde al inicio del invierno
y a renovar las aspiraciones personales, ya que la altura y el movimiento del Sol
llegan a su máxima expresión y significación en los Andes y el hemisferio sur.
El solsticio de invierno marca el
punto donde se detiene el tiempo; es el presente que se manifiesta en un
instante de eternidad, absorbe el pasado que ya no existe y el futuro que
todavía no existe, un futuro que solo es una probabilidad.
Es tiempo del recogimiento
interior y meditación personal, del silencio universal. La semilla de trigo que
se plantó espera en el interior de la tierra que llegue el tiempo germinar,
crecer y manifestarse.